Nada más llegar a Arezzo se encuentra el “Matitone” deCatedral- Elcampanariode la Catedral para los arezzonos, protagonista indiscutible del perfil de la ciudad. Con su forma de lápiz hexagonal y su punta parece dibujar el cielo. Abajo, la Catedral dedicada a los Santos Pedro y Donato, cofre de tesoros y hoy uno de los monumentos más bellos de laGótico en la Toscana. Este elegante edificio condensa años y años de historia, aún viva y palpitante en el corazón de la ciudad. La fachada es la primera de las obras maestras que encontramos durante nuestra visita. Nada más entrar nos recibe un arcoíris de colores gracias a las vidrieras.Guillermo de Marcillat. En la nave izquierda, el fresco de laMaría Magdalena de Piero della Francescay elReliquias del Beato Papa Gregorio X, en el altar mayor el imponenteArca de San Donatoen mármol, una obra maestra del siglo XIV que se complementa con hermosos frescos y capillas a lo largo de la nave derecha. El coro de madera y el cuadro que representa laBautismo de Cristo, son obras del siglo XVI deJorge Vasari. En el siglo XIX la catedral cambió su aspecto para albergar laCapilla de Nuestra Señora del Consuelo, protector de Arezzo, el más amado por los aretinos. Alrededor de su icono milagroso, que salvó a Arezzo del terremoto de 1796, encontramos los grandes retablos de terracota vidriada deAndrea Della Robbiay las monumentales obras pictóricas de los grandes maestros del neoclasicismoPeter Benvenuti, Luigi Sabatelli y Luigi Ademollo. A sus pies, desde hace más de 200 años, cada15 de febrero, aniversario del milagro, todo Arezzo se reúne.